Cuidao que el cuerpo no coja al espíritu, y así fue como me
puse a pintar después de meses trabajando en la amigable imprenta, y digo
amigable porque después de pasar días al borde del desmayo, de jornadas
terminando grandes trabajos para grandes clientes a las 12 de la noche sin
estar pagado, porque nadie puede pagar el mal estar general que se vive durante
meses de dura entrega y compromiso con clientes (en ocasiones demasiado
exigentes y desconsiderados con los empleados). Ni tampoco con la actitud del
jefe, que aunque en el fondo pueda desear lo mejor para la empresa y para sus
empleados, la realidad dista mucho de los deseos, y es en esa falta de
criterio, de orden y de sentido común, el comienzo del estrés y la perdida de ética
y valores, los descuidos con el prójimo, y lo que es peor con uno mismo y con
sus labores personales, olvidarse de comer o comer a las 16h en un país donde
se hace sobre las 12, es ya una duda que hace reflexionar en que algo no marcha
como debería y todo eso desemboca en cambios de metabolismo y afecta a el carma
tanto es así que nunca en mi vida hubiera pensado que después de trabajar, lo
que más me relajaría seria ir a correr o jugar al baloncesto, incluso solo y en
penumbra, pero ayuda a desconectar, pensar en otra cosa, en mejorar mi técnica,
en soltar músculos y coger grandes cantidades de aire que limpien mi cuerpo y
mi mente en superarme y relajarme al mismo tiempo haciendo deporte, en vez de
hacerlo bebiendo cerveza, es para pararse a pensar.
Es ahí cuando pienso en todo los compromisos personales que
me quedan por cumplir, la casa, mi chica, hacer la comida o recoger al niño, ah! no, que no tengo… y menos mal! Porque si no, todavía estaría esperándome en la puerta
del colegio para que lo fuera a recoger, y eso si que sería el límite de lo
permitido para el orgullo de un supuesto padre hacia su familia. Así que
después de estos 6 meses, puedo quedarme satisfecho y dar también las gracias
siempre por todas las cosas buenas que toda esta experiencia me ha brindado, y que
son muchas sin duda, sobre todo cuando se realiza de manera intensa, disfrutando
de ello, disfrutar haciendo lo que te gusta aunque un día no quieras ir al
trabajo, es la única manera de hacer que sé y quedarme con lo positivo reflejándolo
como más me gusta hacer, comiendo “sweet cream” por las mañanas y dando gracias
mientras miro al sol de mi estudio por donde entra la luz de la Camarga,
esperando a que mi novia vuelva de su trabajo para comer juntos y compartir
momentos. Y pinto sin importar nada y sin dejar de pensar en todo, grandes
proyectos, grandes planes de realización personal que empiezan desde 0, desde
un blanco impoluto que con pinceles y colores voy rellenando al compás de
coplas que escucho a través de grooveshark, príncipe gitano, estopa, lady gaga,
Michael Jackson, son de los que me acuerdo ahora, pero hay mucho más y de
calidad por escuchar y pintar, siempre y cuando el paro lo permita, siempre y
cuando el trabajo me deje, ideas no faltan.
work in progress:
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