Prueba de acceso

Una vez más!!........ Me decía en el 2004, mientras me encontraba en un piso vacío, lleno de cajas de cartón embaladas con pertenencias de los futuros huéspedes. Amigos que casi siempre, dejaban que me quedara en sus casas para presentarme por tercer año consecutivo a mi gran sueño de ser Universitario.

Recuerdo que incluso por entonces, mi jefe de estudios de Bachillerato, el profesor Zarapico, que siempre se volcaba con sus alumnos, me ayudó desinteresadamente redactando una carta al decanato de la universidad de Salamanca, instando a tener en cuenta mi ingreso en la facultad de bellas artes por mis gran dotes como estudiante de brillantes notas, actitud ejemplar y altamente cualificado. Que de manera exagerada y lejos de la realidad, promulgó sobre mí.

Yo tenía una pequeña crisis, que hacia cuestionarme mi futuro. Igual sacarme cursos de fp sería más rentable...pensaba yo, pero por entonces la Elite era la universidad, si el bachillerato era la Ostia, la universidad tenía que ser Dios. Pero lo verdaderamente cierto es que la facultad es un dinosaurio que camina en una sociedad llena de tecnología, ferias de arte contemporáneo y demás eventos artísticos que no es capaz de digerir, ni de actualizarse ni mucho menos de comprender las necesidades de la vida real, de lo que el mundo empresarial demanda, ni de ofrecer soluciones prácticas de formación y vinculación a dichas demandas y empresas.

Hoy muestro las fotos que desesperado realicé con uno de esos primeros y carísimos móviles con cámara sobre mi tercera prueba de acceso. Y poder así, contrastar con mis profesores y amigos como Carlos Bunes los motivos de mi permanente fracaso.

Es un tributo a un dibujo esencial, que me permitió finalmente acceder a la Universidad. Y que  para todos aquellos que lo hemos realizado, solo veremos una vez en nuestras vidas. 11 horas de claro-oscuro tenían la llave para poder acceder a la emancipación y auto-realización adolescente.