SWEET CREAM introuducing the bodegon style

/ martes, 4 de octubre de 2016 /
La realización del bodegón, a mi modo de ver, me ha permitido no solo enriquecer S.C. con la propuesta de un tema nuevo, sino que también, me ha hecho evolucionar en la integración de diferentes tecnicas pictoricas dentro de la serie. Integrando una pincelada más expresiva dentro de un registro siempre cercano al pop, comic y expresionismo con retoques finales en rotulador de pintura acrílica, que seguramente empezaré a utilizar más a menudo.

Como ya es costumbre en S.C. el punto de partida, lo pone los grandes maestros de la pintura clásica, en éste caso, los bodegones del flamenco Holandés del maestro Van Brussel. Ya en su época lejos de reflejar una realidad, la recrea integrando mayor nitidez, contraste de colores, y un cierto aire onírico, como si de un sutil retoque fotográfico se tratara.

Pronto habrá más flores.


PAPA MONKEY (sweet cream)

/ domingo, 20 de marzo de 2016 /
Soy el señor mono y estoy en mi trono. ¡El señor Mono! ¡En su trono! Sigo divirtiendome, aprendiendo y admirando a los maestros del arte clasico con Sweet Cream.



TATTOO para Manu

/ jueves, 14 de enero de 2016 /
Cierto es que siempre me ha atraido el mundo de los comics, tattoos, pin-ups y todo lo que está vinculado a la cultura pop, el consumo, la publicidad, pelis, música que se refleja como estilo de vida en rockers con harley's, raperos, electrónica... Todo vale para un diseñador que disfruta a sus 35 años de visitar museos, hacer deporte (baloncesto y correr) y de estar en casa con mi chica, pelis y cafés. Ante los festivales musicales destroyers, botellones, y desidia de camas de las que tanto disfruté siendo estudiante. 
Cuestión de épocas, nada que ver con la edad. Esa pesada carga social que amigos y enemigos te imponen siempre como pretexto y con una leve y cercana sonrisa de mofa a lo que para ellos parece ser un problema. Hay que desprogramarse de todo eso y vivir rodeado de las falsas necedades y problemas con una sonrisa y aprendiendo siempre de los demás. Yo nunca he predicado con nada, pero aquí me suelto y me explayo más como terapia personal, con mi verborrea al igual que lo hago con dibujos y demás. 

Ahora aprendo a gestionar los sentimientos que me vienen cuando voy a crear. Normalmente cuando es para mi, me vuelvo loco, se me desatan los nervios, comienzo a bailar y morderme el puño de la mano derecha, es un estado de éxtasis que intento focalizar en la superficie en blanco, pero no es fácil música y exaltación acompañado de cafes y tés lo hacen maravillosamente indomesticable. 

El problema es que ahora, cada vez más me cuesta centrarme cuando el tema es impuesto, cuando me dicen lo que tengo que hacer. Al menos en ésta ocasión mi hermano confía en mi, es lo que busca todo artista, que admite encargos. Es esencial que a la persona que te lo encarga le guste lo que haces, de alguna manera tiene que ser un incondicional. Pero de mi lado, yo también siento el compromiso de complacer a los que disfrutan de mi trabajo y es ahí, en ese instante donde el juego de miradas sutiles hacia la chica que te gusta comienzan, es ahí donde esperas que la improvisación y la reflexión jueguen sus cartas para conseguir una obra maestra... o al menos que le guste a la persona que te lo encarga.

Hace unos años pensaba que si realmente eres un profesional y sabes dibujar y pintar no tienes que tener nunca ningún problema para desarrollar la idea que el cliente quiere. Pero eso ahora me parece más de la mentalidad del diseñador. El problema es que entra en conflicto con el artista, ya que tanto chute de flipaera personal cuando creo, hace que me aburra en ocasiones a desarrollar los encargos de los demás. Recompensados por la felicidad que les produce ver el trabajo terminado y que en cualquiera de los casos siempre intento dar lo mejor de mi. La parte positiva es que te hace descubirir otros lenguajes y técnicas artísticas desde la experiencia y eso enriquece la busqueda y desarrollo del trabajo personal.

He de añadir que me encantaría hacer una búsqueda más delirante y más sweet-cream, pero mi hermano está contento, así que yo también.

Casco de Samurai, flores de loto y geisha con una pizca de sweet cream.

LA GIO 02 -sweet cream-

/ lunes, 19 de octubre de 2015 /
Al final cualquier persona que se considere, tiene que retomar a los clásicos. Los escritores por ejemplo, es un gremio interesante. La mayoría de ellos, o al menos buena parte, son más lectores que escritores, pero de la lectura no es fácil vivir. 

Lo mismo sucede con la pintura, hay que leer a los grandes para descubrirse a si mismo. Aprender, y sorprenderse apreciando los volúmenes, formas, estilo... Leer para descubrir nuevos caminos, nuevas maneras de entender la pintura y al mismo tiempo reflexionar sobre nosotros y nuestro trabajo.

Hay algo mas pop que la Gioconda?


LA GIO - sweet cream -

/ domingo, 18 de octubre de 2015 /
La Gioconda, todo lo que se diga, ya está escrito, imagen iconografica que representa el arte por excelencia. Cuando la observo, pienso que quizás 500 años no es nada, quizás no hemos evolucionado tanto como pensamos, cuando una imagen como la Gioconda sigue siendo tan vigente e importante, cautivando a unas 20.000 visitantes por día. 

Quizás sea por la famosa técnica del esfumato, tratada de esa manera tan misteriosa, su paisaje me resulta cautivador, su atmósfera y fisonomía paisajística parecen más propia de un film de Tim Burton, como si fuese de otro planeta. También su rostro, DaVinci  a mi entender era todo un genio para realizar caras de personajes con una clara inclinación hacia el misterio y el secreto, sus rostros a menudo parecen esconder secretos, sus bocas quieren hablar pero tienen esparadrapo, sus ojos hablan, no están vacíos, pero de que hablan?

No es un cuadro recargado de elementos, en resumen podemos distinguir un fondo y una figura, que pueden sintetizarse hasta tal punto que podríamos emplearlo como un logotipo, esa composición sencilla, de figura y fondo logra transmitir con suma facilidad en un golpe de vista.

Es en éstos términos que la obra me cautiva, como publicidad suprema de ella misma y en si del arte universal. Sin duda una gran publicidad del arte en si mismo.

Así que a disfrutar de la Gioconda, creo que podría hacer miles y miles de Giocondas. Pero lo mismo pasa con otros iconos del arte a los que podríamos catalogar como obras de arte maestras convertidas en iconos publicitarios ( y empleados en ocasiones como tal). La venus de la concha de Botichelli, El Papa Inocencio de Velazquez, La maja desnuda de Goya.... 

Son grandes maestros que nos deleitan con su técnica Goya, personalmente, el primer expresionista sostenido, ya que nadie se dio cuenta, pero su trazo podría ser letal, sus colores ya hablan por si solo, de folclore o de guerra y miseria. Velazquez luces escondidas que salen de entre las veladuras el realismo hecho soltura, salido de trazos sueltos. 

Y la historia se repite, los remakes, las deconstrucciones obligadas para la evolución del arte, los tributos que hacen destruir y reconstruir, hacen en definitiva avanzar al arte.Todo lo que no se ha visto antes y nos llama la atención, no importa si para ello usamos lo ya hecho para recrear algo nuevo.




INOCENCIA Iª (sweet cream)

/ martes, 23 de junio de 2015 /
Me acuerdo ahora de una escena que me llamó mucho la atención, de un recomendable film francés “dans la maison” (“en la casa” para la versión española). En él, encontramos una escena donde el profesor compara un ejercicio de clase (una narración) con los textos de un catálogo de arte contemporáneo, es decir,  descripción vacía y banal sin sentimiento pero lleno de floritura en palabras bellas.

Está claro que dentro de un catálogo de arte contemporáneo nos podemos encontrar este discurso vacío, lleno de humo gráfico, por muy diversos motivos, puede ser por que la obra habla de manera visual, pero no está clara la interpretación escrita, en ocasiones falta buenos críticos para su análisis, también puede ser por que el discurso está elaborado después del trabajo (algo muy común entre el mundillo), según lo que puede sugerirle al autor una vez pintado, también muy válido, sobre todo si tenemos en cuenta que un mismo proyecto puede ir evolucionando, pero con la susceptibilidad de caer en valores universales típicos hasta la saciedad y sin detalles ni sorpresas, sin matices capaz de atrapar al espectador. Por ejemplo, está claro que el Guernica de Picasso estaba llamado a ser una de las obras más representativas, por no decir maestra, del artista malagueño, en ella los valores universales de la guerra, el bien y el mal, el terror del ser humano etc… se ven reflejadas, pero a diferencia del humo que podemos encontrar en las galerías y ferias de arte contemporáneo, el Guernica, se trataba ya de una obra de un artista mundialmente reconocido, influyente y que si bien fue un encargo, el Guernica coincidía totalmente con los sentimientos e ideales de Picasso con el gobierno republicano, lo cual hace que la obra sea sincera en sus interpretaciones que sumado al talento del artista hacen de la obra un verdadero libro de valores universales e historia que habla por sí solo.

Pero en definitiva, pienso que hoy en día el discurso no es importante, es importante si el trabajo es bueno, los discursos pueden llegar después, si el trabajo llama la atención es seguro que el discurso llegará antes o después. Lo importante para el galerista es que venda, es que coincida con los gustos de su cartera de clientes.

Hoy la estimulación visual es tan grande y evoluciona de manera vertiginosa, gracias a internet y los nuevos medios de difusión, podemos encontrar artistas y trabajos que valoramos y nos gustas a diario, es infinito, lo curioso es que en ocasiones nos gusta pero no sabemos analizarlo, no sabemos decir bien porque nos gusta, empleamos términos como que guay! Como mola! Pero por qué nos gusta? Es ahí donde el reflejo de la sociedad a través  del arte sale a relucir, es ahí donde la curiosidad, la cultura, la educación, los valores de una sociedad quedan en evidencia. Demasiado futbol? demasiado Telecinco? La logse, la E.S.O. … los padres… demasiados temas a debatir.

Para mí se trata de disfrutar, en resumen son colores fluorescentes, la observación y disfrute de los grandes maestros que hablan por sí solo, Goya, Rembrandt, Velázquez… para descubrir un mundo personal mirándome en el espejo de los grandes maestros. No se trata de compararse, lo cual es absurdo, se trata de aprender de los grandes, de disfrutar descubriendo mi mundo, mirando a través de la observación y admiración de los mundos recreados por maestros de la pintura, esos que hacen dibujar una sonrisa en mi rostro, esos que hacen que pase 3 o 4 horas dentro de un museo (ejemplo retrospectiva de Bacon en Madrid por el 2009) del que tienes que salir a la fuerza por que cierran o por que tus amigos están a punto de caer al suelo de la saturación museística, de la que todo humano es susceptible de padecer en cualquier momento si el feeling no existe, claro!

Y es verdad que a fuerza de mirar y mirar, de tener curiosidad y de sonreír con el arte, el discurso sale solo, las ideas empiezan a fluir y todas las piezas van encajando con la elaboración de un trabajo homogéneo en sintonía con lo que quieres expresar y descubrir en cada pincelada, en cada cuadro realizado y que te identifica como persona. Para mí eso se llama ahora SWEET CREAM.







SWEET CREAM ( Bocetos de "Inocencia Iª " Velazquez )

/ martes, 20 de enero de 2015 /
Lo que me gusta es devorar lienzos, pintar y pintar partiendo de una idea básica en la cabeza, pero sobre todo de la observación previa, eso si, siempre todo mental. Últimamente desde que empecé con SWEET CREAM, me paro más en experimentar y seguir urgando en un mismo detalle una y otra vez hasta que consigo el resultado que quiero, el tono adecuado, la pincelada o la mancha fluidamente retenida, ya sé que no tiene sentido, es difícil de explicar. La verdad es que no suele, o no solía ser lo habitual en mi carácter a la hora de pintar, pero ahora disfruto, reflexionando antes sobre el futuro resultado final del lienzo.










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